¿Por qué me suben el precio de las mascarillas en la farmacia?… No culpes a la farmacéutica

La crisis que estamos viviendo del coronavirus está viniendo acompañada de un debate acerca de los “precios abusivos” de determinados productos de los que hay tanta necesidad como escasez. La mayor parte de la opinión pública se indigna viendo como los precios se disparan, como, por poner un ejemplo, un gel hidroalcohólico que hace un par de meses costaba 3 o 4 Euros ahora se está vendiendo por 10. Vemos reacciones coléricas en redes sociales atacando a farmacéuticos por “aprovecharse de la crisis y de la desgracia ajena para enriquecerse”.

Veo a clientes afirmar con rotundidad que el precio de una mascarilla es tal o cual y le han cobrado mucho más, mientras otras personas le animan a denunciar los abusos.

Probablemente, el desconocimiento del funcionamiento de la economía de mercado, asociada a esta subida desorbitada de precios, provoca tal indignación que confunde el entendimiento. Pensando que el hecho de que en una determinada situación, con una oferta y una demanda concreta, exista un precio, éste debería permanecer inamovible aunque cambiaran las variables que les afectan.

Lo que estamos viviendo no es algo único y extraño, suele ocurrir en otras situaciones similares, en catástrofes naturales como huracanes, inundaciones, terremotos… en las que tienden a dispararse los precios de los productos más básicos.

La ley de la oferta y la demanda es el principio básico sobre el que se basa una economía de mercado y muestra la relación existente entre la demanda de un producto y la cantidad ofrecida del mismo producto, teniendo en cuenta el precio al que se vende.

Aunque podríamos dedicarle un artículo completo a como funciona la ley de oferta y demanda, y probablemente lo hagamos, podemos resumir que en una economía de mercado como en la que vivimos, cuando la oferta es superior a la demanda los precios bajan; y cuando la demanda es superior a la oferta, los precios suben. Por lo que por la propia teoría económica es lógico que ante la escasez total de determinados productos y la exagerada demanda de los mismos, los precios van a subir.

Pero no todo el aumento de precio se debe a la ley de la oferta y la demanda. El problema es que estamos  viviendo una situación global, lo que implica que la subida de precios se produzca en cada uno de los diferentes eslabones de la cadena de valor; además de que están entrando un mayor número de intermediarios de los que existen habitualmente en dicha cadena.

Los productores compran la materia prima más cara ya que hay escasez de la misma. Además, como no hay materia prima recurren a otros proveedores diferentes que trabajan en unas condiciones distintas, lo que hace aumentar los costes para ellos, así mismo las economías de escala y aprendizaje habituales en ocasiones no se están produciendo, ya que los fabricantes están produciendo mercaderías que habitualmente no fabrican, lo que también hace aumentar los costes. Hemos visto fabricantes de zapatos producir mascarillas, productores de perfumes cambiar su producción para elaborar geles desinfectantes, etc.

Además, los distribuidores están teniendo que traer los productos de zonas mucho más lejanas por no encontrarse los productos en los canales habituales, esto hace que participen mas intermediarios, lo que encarece el producto en el punto de destino y así podríamos seguir…

Por ello, a la subida de precios propia de una situación en la que la demanda se dispara hacia arriba y la oferta hacia abajo, hay que añadir el aumento de costes para toda la cadena de valor para la puesta en el mercado de dichos productos.

El desconocimiento del funcionamiento de la economía de mercado provoca reacciones de asombro pensando que es únicamente la codicia de quien pretende aprovecharse de la gente en esta situación de crisis la culpable de la subida de precios.

Hace unos días me llamaba una compañera angustiada por ver cómo en redes sociales la estaban “despellejando” por cobrar a 10 € un bote de gel hidroalcohólico, que ella había adquirido a un coste mínimamente inferior.

Estoy seguro que en esta situación habrá personas que estarán aprovechando para mejorar sus ingresos a costa de las penurias de los demás, pero puedo asegurar que no son los farmacéuticos.

Los boticarios se están dejando la piel en esta crisis, están volviéndose locos para encontrar productos básicos para ofrecer a sus clientes y pacientes. Sus proveedores habituales no les sirven y tienen que buscar otros, éstos les suben los precios de los productos. En la farmacia se está trabajando con condiciones de pago de mucho más riesgo que las habituales, teniendo que adelantar grandes cantidades de dinero con la incertidumbre de si finalmente les llegará la mercancía. Además, han visto descender sus ventas de aquellos productos de mayor rentabilidad para ellos, han tenido que hacer inversiones en medidas de protección para ellos mismos y sus equipos, viven con miedo la posibilidad de contagio y cierre de sus establecimientos, han tenido que escuchar de boca de responsables políticos como se les ningunea y ni siquiera se les considera profesionales sanitarios, han visto con incredulidad como el Presidente del Gobierno advertía que regularía los precios de los medicamentos para que nadie se aprovechara y los subiera, cuando estos ya están regulados, etc.

A pesar de todo esto, siguen ahí cada día dando lo mejor de si mismos, recibiendo a sus pacientes y clientes con una sonrisa.

Por ello, creo que antes de dejarnos llevar por el impulso natural de indignarnos pensando que se quieren aprovechar de nosotros, quizás sería más adecuado preguntar o preguntarnos cuáles son los motivos por los que se ha elevado de precio un determinado producto en esta situación, es mejor preguntarle ¿Por qué me suben el precio de estos productos en la farmacia? y desde luego, no culpes a la farmacéutica.